Una tarde de domingo

Hoy es otra de esas tardes en las que anochece pronto y acabo perdiéndo la noción del tiempo; otra de esas tardes que paso sola, o conmigo misma, entre dudas y reflexiones, objetivos, propósitos... "A partir de mañana, lunes, todo será diferente, voy a hacer lo posible para dar un giro a mi vida dentro de lo que esté en mis manos... seré yo misma hasta encontrarme, haré las cosas sin que llegue a última hora y termine por abandonar. Mañana..." Siempre es igual, mil comienzos de una "nueva vida" que nunca llega siquiera a tener un comienzo real, todo son planes, ideas, pero es curioso como siempre acaban volviendo con la esperanza de algún día, algún esperado domingo, vaya seguido por "el lunes" en el que tras un "punto y seguido", el siguiente párrafo sea toda una nueva etapa llena de metas cumplidas.

Permanecer tras un final

Sé que nada dura eternamente, que todo acaba antes o después, que termina bien o mal, pero termina simplemente. Todo va muriendo poco a poco, desapareciendo o siendo reemplazado... "robado" a veces, en un modo de reemplace, cuando no queremos que "ese algo" termine o deje de ser lo que era antes, pero es en vano lo que hagamos, no es posible parar ese proceso. A pesar de todo, ahora miro a atrás y no me hago a la idea de que las cosas sigan sin que aquello que estuvo antes en su lugar, influya en ellas; las heridas cicatrizaron, pero éstas aún son visibles, lo serán para siempre.